He entendido que la bondad y la maldad de la vida existen inexorablemente, y terminar con ellos es una utopía,
si con ellos acabáramos, ya nada existiría,
y en la vida, al final todo es fantasía,
así como tienes tu interior, así es la Vida.
Y valen más las enseñanzas de un lago sereno, o un ajetreado río, que cien clases de filosofía, o mil formas de combatir la maldad,
y cuando convives con la serena soledad, esta se convierte en pura ambrosía, si aceptas los secretos que te muestra su sabiduría.
Y como existes todavía; en el trajín de la vida diaria, sucumbir podrías, dejar todo y partir, talvez la solución sería,
sin embargo
Que difícil es aveces la vida,
debes buscar una guía,
aceptar lo que hay no con conformismo sino con sabiduría, es la enseñanza China que yo adoptaría.
Amar, no por necesidad de llenar una vida vacía,
sino para entregarse uno mismo como una melodía, o como una flor que brinda su perfume en el día,
y vivir con una sencilla y llana alegría.
La fama, la figuración, la competencia, son sólo una vida sombría,
que sólo interesa a los que se alimentan de esa larga letanía.
Luchar sin vanidad, abrir las manos con sinceridad, brindarse con integridad, mantener siempre la propia autenticidad, y respetar la sabia soledad,
son cosas que tu alma ansía casi llegando a la agonía.
Conseguirlo significa vencer tu propia cobardía
y así lanzarte a tu verdadera vida,
comprender que tu pequeña verdad, no es la máxima autoridad, y que cada nuevo día, cada nueva soledad, te enseñan tanto, o más que una tierna amistad.
BAC 1993
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