domingo, 8 de abril de 2012

EL MONTE CCAPIA – APU TUTELAR DEL ALTIPLANO




Desde las 3.30 a.m. del domingo anterior al equinoccio de la primavera del 2000, comenzamos a caminar viendo fijamente la cima del Ccapía, bajo una resplandeciente luna que alumbraba nuestro camino, iniciamos desde la comunidad de Sajo en Pomata, unos cuantos resbalones, mucho sudor y cansancio... a las 11 de la mañana llegamos a la cima del Apu tutelar del altiplano, el Ccapía, las muchas horas de caminata, eran plenamente justificables pues el panorama era sencillamente mágico, un Illampu magnífico dentro de la cordillera oriental, el Illimani más al sur, el lago en su gran amplitud con un color azul que atrapa la mirada, La Isla del Sol, que es la más grande del lago, se veía muy pequeña pero nítida, al frente una parte de Copacabana, todo Yunguyo, el lago pequeño donde más allá se intuía Huatajata, Huaqui, Tiwanacu y el mismo Desaguadero, una visión panorámica de las principales vitales ciudades altiplánicas, unas que se ven sólo en la noche por el resplandor de la luz eléctrica como Puno, Juliaca, La Paz, Ilave, Juli, y otras que a simple vista pueden ser vistas a plena luz del día, y un corazón agitado y vibrante que gozaba del espectáculo mudo de emoción. Fotos? son demasiado limitadas, apenas muestran parte de lo que se ve, también lo son las poesías y la música, pero un corazón que habla es algo más cercano.

Uno no es completamente puneño si antes no ha navegado mínimamente unas 5 horas el lago sagrado, y si no ha escalado el Ccapía, el monte más alto del altiplano, meditando en sus alturas, uno puede comprender que esos dos grandes seres poderosos del altiplano el Titicaca y el Ccapía son los que sueñan y nosotros somos los que vivimos sus sueños, ellos quietos observan el devenir de miles de años, y sueñan futuros para nosotros, que apenas si entendemos nuestra naturaleza. Los más grandes seres que rigen los destinos de ésta zona son ellos el lago y el Ccapía cuyas leyendas los unen, pues se dice que el Ccapía es un volcán de agua que dio orígen al Lago Titicaca, además sus piedras inmensas han servido para la construcción de Tiwanacu, en el medio del camino se ven inmensas rocas rectangulares que parecen haber quedado a mitad de camino, y que ocasionalmente quedaron abandonadas en esos inhóspitos caminos.

La soledad, la magia, la quietud, el frío, la paz, son características de la cima del Ccapía, y a aquellos que hemos aprendido a ver las partículas del Prana, se nos presenta un panorama indescriptible de esas pequeñas partículas que no sólo se las ve hacia arriba sino en todas direcciones y en gran abundancia, partículas que hablan de un nuevo imperio, de una nueva raza espiritual, de una nueva religión, de un nuevo tiempo, ya gestándose en las inmensas pampas del altiplano.

Hay mucha gente que hoy le ofrece aún sacrificios humanos, para lograr sus favores, pero solo es la expresión del desconcierto y el temor ante tanta magnificencia, el Ccapía no necesita de nuestro sacrifico, sino de nuestra sinceridad, y corazón limpio que haga vivir sus sueños de grandeza de éstas tierras que más de una vez fueron el inicio de grandes imperios...

Con el rostro orgullosamente quemado por el abrasante sol, el sudor, el polvo, y el helado viento a esos 5000 metros de altura, como auténticos serranos regresando de las alturas del Ccapía honramos tu presencia prometiendo regresar para dormir en tu regazo y nos muestres más de tus enigmáticos secretos a través de los sueños y otro tipo de experiencias, sólo una hora en la cima es insuficiente para entenderte, pero si lo es para respetarte y añorar el nuevo reencuentro.

B A C 18-09-00